Olimpia exhibió un juego pesado, espeso y lento, mostrando una notable falta de fluidez y asociaciones entre sus líneas, a pesar de ser el equipo con mayor urgencia de victoria. En contraste, Vélez Sarsfield evidenció una marcada diferencia en velocidad y dinámica, asumiendo el protagonismo de las acciones y generando peligro principalmente por el costado derecho de la defensa de Olimpia, en esa zona, Robert Rojas quedaba frecuentemente expuesto ante la falta de respaldo del carrilero César Olmedo.
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El equipo local demostró paciencia en la generación de juego, con Agustín Bouzat como principal referente en la creación y la constante movilidad de su tridente ofensivo, conformado por Francisco Pizzini, Braian Romero y Maher Carrizo. Ante su marcada carencia de juego elaborado, el Franjeado cifró sus esperanzas de generar peligro en la pelota parada. Su ocasión más clara se originó en un tiro libre ejecutado por Facundo Zabala, que cruzó peligrosamente el área frente a Axel Alfonzo y detrás de Robert Rojas, aprovechando una salida en falso de Tomás Marchiori.
Transcurrida la media hora de juego, el equipo local inauguró el marcador, a través una jugada que involucró a su tridente ofensivo. La acción se originó en una ágil transición, cuyo momento clave fue una precisa peinada de Braian Romero, quien se impuso sobre Robert Rojas, para dejar libre el callejón izquierdo. Allí, Francisco Pizzini recibió con espacio libre y, con panorama claro, habilitó al lado opuesto a Maher Carrizo, quien con una serenidad pasmosa definió con potencia ante la desesperada salida de Gastón Olveira.
En la segunda mitad, impulsado por la urgencia de igualar el marcador, Olimpia buscó con más empuje que juego elaborado el gol del empate. No obstante, la pelota parada continuó siendo su principal recurso para generar peligro. En este contexto, Rodney Redes estuvo cerca de nivelar el encuentro con un tiro libre que tomó por sorpresa al portero Tomás Marchiori, quien aparentemente tenía el afán de anticipar un centro del exjugador de Guaraní, y finalmente, para tranquilidad del guardameta, el balón se estrelló en el travesaño.
El conjunto franjeado dependía en gran medida de la inspiración individual de Iván Leguizamón y Facundo Zabala, siendo este último nuevamente el elemento más destacado del equipo. La imperiosa necesidad de igualar el marcador obligó a Olimpia a adelantar sus líneas, asumiendo el riesgo de encajar el segundo gol del equipo local. Este tanto no llegó gracias a las providenciales intervenciones de Gastón Olveira, quien en la más crucial atajada le negó un gol prácticamente cantado a Thiago Silvero.
Sin embargo, en el epílogo del encuentro, justo cuando se cumplía el tiempo reglamentario, Olimpia alcanzó el ansiado gol del empate. Con la mayoría de sus jugadores volcados en campo contrario, el balón llegó a tres cuartos de cancha para Derlis González, quien buscó el ángulo para un remate de derecha, el disparo se desvió en Agustín Bouzat, modificando su trayectoria hacia Hugo Fernández, este, con una potente carrera, superó la marca de Emanuel Mammana, se perfiló y definió con sutileza y precisión, cruzando el balón lejos del alcance del portero Tomás Marchiori, quien quedó a contrapie.
La nula celebración tras el gol del empate, con Hugo Fernández llevando rápidamente el balón al círculo central para la rápida reanudación del juego, evidenció la voracidad de Olimpia por buscar el triunfo en los más de cinco minutos de tiempo adicional. La ilusión se intensificó en esos minutos finales con un penal inicialmente sancionado a favor del Decano por la caída dentro del área de Eric López, pero que el VAR anuló posteriormente por un fuera de juego del delantero que había recibido la infracción. De esta manera, el encuentro se cerró en un empate que complica significativamente las posibilidades del Franjeado de acceder a los octavos de final.
